Opinión: Los trabajadores del sector de servicios enfrentan falta de respeto, acoso y bajos salarios. La industria de restaurantes de D.C. necesita más sindicatos.

Los trabajadores de St. Anselm explican por qué se sindicalizaron.

Opinión: Los trabajadores del sector de servicios enfrentan falta de respeto, acoso y bajos salarios. La industria de restaurantes de D.C. necesita más sindicatos.
Los trabajadores de St. Anselm afuera de sus restaurante antes de ellos entregaron su petición sindical a la gerencia. (Courtesy of UNITE HERE Local 25)

El ambiente tóxico del trabajo en la industria restaurantera ha acaparado los titulares en los últimos años. Entre ellos: los trabajadores del servicio de alimentos vieron unas de las tasas de mortalidad más altas de la pandemia de COVID-19; chefs famosos enfrentaban acusaciones de abuso; que más del 70 por ciento de los trabajadores de la industria sufrieron acoso sexual; incluso el exitoso programa de televisión The Bear mostró el ambiente brutal de nuestros lugares de trabajo. Aún así, no se ha llegado a un verdadero ajuste de cuentas: los gerentes tiránicos, el acoso sexual, el acceso mínimo a un seguro médico, los bajos salarios y los horarios agotadores siguen siendo la orden del día, y desafortunadamente D.C. no es diferente. A menudo nos dicen de seguir adelante si no estamos contentos, pero saltar de un lugar de trabajo tóxico a otro no ha hecho nada para resolver el problema. 

Una de nosotras, Estela, es cocinera y trabaja en St. Anselm desde hace cinco años. Como madre soltera de tres hijos originaria de Guatemala, ha trabajado en el servicio de alimentos en D.C. durante 15 años. Es un trabajo que eligió porque le encanta aprender y no hay mejor escuela que la cocina. Pero también ha experimentado mucha falta de respeto. Una vez, un gerente le dijo que el ex chef no escucha a las latinas porque no hablan inglés. 

Uno de nosotras, Denali, es un servidor que ha trabajado en St. Anselm durante tres años. Se unió al equipo mientras cursaba una licenciatura en Antropología en la Universidad George Washington. Después de graduarse, decidió quedarse en St. Anselm por sus colegas y por lo mucho que disfrutaba su trabajo. Pero también ha visto a miembros del equipo ser despedidos sin motivo y sin previo aviso, causándola preocupación sobre la seguridad de su empleo. Con deudas médicas y de tarjetas de crédito además del alquiler, la perdida de sus ingresos sería paralizante. 

Nuestras principales razones para organizarnos fueron dejar en claro que no somos desechables y que nos traten como iguales. En los restaurantes sin sindicato, los trabajadores pueden ser despedidos por cualquier motivo y en cualquier momento. Con un sindicato, eso cambia y la gerencia tiene que negociar con nosotros sobre salarios, beneficios y políticas laborales como las que rigen las asignaciones de mesas y secciones de servidores. Sin un sindicato, esas políticas pueden ser adoptadas unilateralmente por la dirección, lo que a menudo conduce a horarios menos estables o incluso a reducción de propinas para algunos trabajadores. 

Con un asiento en la mesa de negociaciones, podemos ser verdaderos socios para llevar la industria a su máximo potencial. Los sindicatos aumentan los salarios de sus miembros entre un 10 y 15 por ciento, además de mejorar los planes de jubilación y hacer que la programación de los horarios sea más previsible, según un informe de 2023 del Departamento del Tesoro. Creemos que la gente va a querer trabajar y permanecer en la industria, que siempre parece estar pasando por una crisis de personal, si los trabajadores recibieran un mejor trato. 

Y no son sólo nuestras condiciones laborales las que pueden verse afectadas: los estados con mayor densidad sindical tienen salarios mínimos más altos, menos personas sin seguro médico y leyes electorales menos restrictivas, según una investigación del Instituto de Política Económica. 

No estamos solos en esta lucha. Los trabajadores de otros cuatro restaurantes incluyendo los restaurantes STARR Pastis y Le Diplomate, así como los de Rasika y Modena de Knightsbridge Restaurant Group, están tratando de sindicalizarse. Aproximadamente 500 trabajadores en puestos de delante y detrás de la casa se están organizando al mismo tiempo, que es lo que convierte a esta campaña sindical la más grande que la industria de restaurantes local haya visto. 

Lamentablemente, en lugar de escucharnos y respetar nuestra decisión de formar un sindicato, la dirección de STARR Restaurants ha hecho todo lo posible para intentar detenernos. 

Cuando la mayoría de los trabajadores firmen tarjetas sindicales, la dirección puede optar por respetar esa decisión. Eso es lo que hizo José Andrés cuando reconoció voluntariamente al sindicato de trabajadores de El Bazar pocos días después de que anunciaran su campaña. El año pasado, ganaron un primer contrato con aumentos salariales significativos, seguro médico asequible, nuevos derechos y protecciones para los trabajadores inmigrantes. 

En cambio, según el Local 25, STARR gastó grandes cantidades de dinero en persuasores antisindicales. Ambos lo hemos visto en el restaurante casi todos los días desde a fines de enero, donde acosaron a nuestros colegas y les dificultaron el trabajo. 

El propietario Stephen Starr le prometió a una de nosotras, Estela y también a sus compañeras de trabajo del parte detrás de la casa, que él iba mejorar problema como los salarios y el tiempo libre pagado sin un sindicato.  Mientras tanto, durante una reunión con Starr, le dijeron a uno de nosotras, Denali, que los salarios y los costos de atención médica no se podían cambiar y que ni él ni el sindicato podrían hacer mejoras. El Local 25 nos dice que documentaron que la gerencia dio dinero extra a nuestros colegas, lo que, según la gerencia, está relacionado con quejas pasadas sobre tiempo de enfermedad no remunerado, pero lo que la Unión considera como una represión sindical. 

Estamos furiosos por cómo la campaña de la gerencia nos polarizó y nos causó tensión entre nosotros, con chats grupales de servidores que se convirtieron en debates agresivos. Nunca hemos sentido tanta tensión en el lugar de trabajo como en el último mes. Por supuesto, se ha culpado a nuestros esfuerzos sindicales por este ambiente.  

Aún así, sabíamos que la única manera de garantizar un cambio permanente en nuestro lugar de trabajo era permanecer unidos. Ganamos nuestra unión porque escuchamos a las experiencias de los demás. Historias sobre malos tratos por parte de la gerencia que se habían quedado en los círculos internos debido a las barreras del idioma finalmente llegaron a oídos de todos en el restaurante, con la ayuda de los traductores. Expresando nuestras experiencias entre nosotros, nos dio el valor de defendernos no sólo a nosotros mismos sino también a nuestros colegas. Los simples saludos en el trabajo ahora están imbuidos de un sentido de comunidad y apoyo; nos apoyamos mutuamente.  

Con nuestro sindicato, vamos a poder denunciar las injusticias que pasamos o presenciamos en el trabajo porque sabemos que la gerencia no puede despedirnos sin una causa justa. Si los contratos anteriores del Local 25 son un indicador, tendremos aumentos garantizados, atención médica asequible y acceso a un equipo de abogados que pueden ayudarnos con cualquier cosa, desde inmigración hasta casos de lesiones personales.  

Desde este punto, es hora de que los restaurantes STARR pongan fin a su campaña de difamación contra nosotros y negocien de buena fe.

El corazón de la industria restaurantera es la hospitalidad, y sólo puede florecer verdaderamente cuando las personas que cocinan y sirven las mesas tienen un ambiente de trabajo digno y respetuoso, y suficiente dinero para alimentar a sus propias familias.